miércoles, 10 de julio de 2013

Canarias, territorio «antigodo»

 
Canarias, territorio «antigodo»


Canarias, territorio «antigodo»

JAVIER LORENZO CRONICA| Pág. 10   06/09/1998 EL MUNDO

En su particular búsqueda del paraíso, el turista español que haya paseado estos días por las calles de Arrecife -capital de la isla de Lanzarote- se habrá encontrado con una desagradable sorpresa: decenas de pintadas demandan la independencia de las Islas Canarias y exigen la expulsión del godo. La operación de limpieza que cada época estival realiza el Ayuntamiento no ha podido erradicar mensajes tan singulares como el de «Español, muerto de hambre» o «Si España es mi madre, yo soy un hijo de puta». Es la vertiente radical de un sentimiento nacionalista en auge que parece a punto de reventar las costuras de Coalición Canaria (CC), el partido mayoritario en el Gobierno Autónomo.

Una encuesta, realizada en 1996, descubría que más del 60% de la población -según los independentistas el 80%- se consideraba sólo canaria o más canaria que española. Es decir, que el nacionalismo canario tiene mayor base popular que el catalán o el vasco.


Las causas son numerosas. Por un lado, los 2.000 kilómetros que separan las islas de Europa, lo que, para José Luis Alamo -secretario general del Partido Nacionalista Canario (PNC)- implica «la no pertenencia a la conciencia colectiva de España». Por otro, la sensación de dejadez, cuando no de prepotencia, que se percibe del Gobierno central.

Abstenerse insulares

Pero lo que más duele a los canarios es la invasión que sufre el archipiélago. Se calcula que la población estable ha crecido en los últimos cinco años en 135.000 personas. De ellas, sólo el 25% han nacido en las islas. Si a esto se añade que cada año llegan nueve millones de visitantes -sólo Lanzarote acoge más turistas que Cuba-, se puede concluir que existe un problema ecológico. O lo que es igual, no hay sitio para todos. Esta presión demográfica es el motivo por el que varias fuerzas políticas demandan una Ley de Residencia que impida el establecimiento de más foráneos.

Otro problema que alienta el resentimiento es el laboral. Se encuentran, por ejemplo, carteles solicitando trabajadores no canarios. Los barcos gallegos que atracan en los puertos ya no enrolan marineros de las islas. El 75% de los puestos de la Administración están ocupados por peninsulares y la mayoría de los directivos de las grandes empresas radicadas en Canarias siguen sin aspirar las jotas. Al tiempo, un informe de Cáritas señala que casi la cuarta parte de la población autóctona vive por debajo del umbral de pobreza. Esto, en una región que ha crecido por encima de la media española y que, durante algunos meses de años anteriores, generó -según el Instituto Nacional de Estadística- más de la mitad de los puestos de trabajo creados en toda España.



Abandono nacional 

Al Estado español se le acusa de desidia. Bien porque han sido declaradas internacionales las aguas interinsulares, o incluso pertenecen a Marruecos. Bien porque la agricultura canaria ha salido perjudicada en las negociaciones con Bruselas. O bien porque, sin tener trenes, se les obliga a pagar el déficit de Renfe. Iniciativas como la emprendida por el Ministerio de Fomento respecto a la televisión canaria no ayudan a mejorar esa imagen.

Pese a ello, salvo en las elecciones autonómicas, CC sólo es la tercera fuerza política más votada, por detrás del PP y el PSOE, partidos nacionales. Una paradoja que nadie se explica. Al tiempo, hoy muchos canarios no saben por qué CC no participó en la Declaración de Barcelona, que reunió a nacionalistas catalanes, vascos y gallegos.

Es en este caldo de cultivo donde se ubica el creciente sentimiento antigodo, que prende especialmente entre los más jóvenes aunque el apoyo al independentismo sigue siendo escaso. En las autonómicas de 1995, el partido independentista Frepic-Awañak obtuvo 2.396 votos. El antiguo dirigente independentista, Antonio Cubillo, es hoy definido por algún cronista local como «dirigente y casi único militante del CNC (Congreso Nacional Canario)» y la conmemoración de la batalla de Acentejo, donde los guanches derrotaron a los españoles, apenas reunió este año a 500 personas.

Pese a estos datos, cuando España perdió ante Nigeria en el Mundial, en Tenerife y Las Palmas se vieron fuegos artificiales. Días después, el Frepic felicitaba en algunos diarios a los canarios por la derrota del equipo de Clemente, a la vez que pedía la devolución a Marruecos de Ceuta y Melilla y el no rotundo a la «TV goda, tendenciosa, torera y colonial».

El asesinato del cantante beréber Lunes Matub no fue sólo llorado en Argelia. Sin embargo, la conciencia amazigh no arraiga entre la mayor parte de la población -hay quien prefiere, incluso, sentirse holandés-. Esto no es obstáculo para que los medios de comunicación presten cobertura al separatismo. Con ocasión del cierre de Egin, La Voz de Lanzarote publicaba en la sección de Internacional un artículo titulado Encapuchados, por orden de un juez español, cierran un periódico vasco. El autor, Manuel González -quien fuera el miembro más joven del Parlamento canario- pertenece a la directiva del Frepic-Awañak, partido que apoyó a HB en las elecciones al Parlamento europeo de 1989 y cuyo secretario general, Tomás Quintana, menciona que la ONU reconoce el derecho de autodeterminación de los pueblos, «aun sirviéndose de la lucha armada», lo que no descarta como último recurso. Manuel González también conduce un informativo de mediodía en la televisión local, con una audiencia, según afirma, del 83%. Tanto el periódico como la televisión pertenecen a la familia Acosta, la cual niega que su línea editorial apoye al independentismo y alude al caso como «un gol en fuera de juego». Días después publicó una nota de disculpa por el citado artículo.

La búsqueda de la identidad canaria comienza a ser una constante en las mentes de los isleños. Hay empresarios que pagan como publicidad artículos en los que se exige una selección nacional canaria. Se estudia también la vida de Secundino Delgado -el primer ideólogo independentista-. Numerosas publicaciones ahondan en los vínculos entre las islas y Africa -se habla de 15.000 topónimos similares- y, en el terreno económico, alguien tan poco sospechoso como el vicepresidente de los empresarios canarios pide que se permita comerciar libremente con Africa. Incluso el Nobel de Economía Lawrence Klein hablaba en 1995 de que Canarias podía ser el gran centro de negocios de esa zona del planeta. Los canarios están deseando verlo hecho realidad.