miércoles, 25 de abril de 2012

“AZAWAD: NO A LA INTERVENCION MILITAR, SÍ A LA AYUDA HUMANITARIA.


Todos los tamashek (touaregs) han declarado en la Asamblea de ciudadanos exilados y refugiados procedentes de Malí y de la propia Azawad, celebrada el día 9 de abril de 2012 en Niamey, su total oposición y rechazo a cualquier intervención  militar extranjera en Azawad.
Una intervención militar, influida por intereses espurios de neocolonizadores europeos y otros tiranos que “ponen sus barbas a remojar” al ver como el gobierno de Malí se tambalea, sólo supondría un desastre y mayor sufrimiento para todas las gentes de esta parte liberada de la tierra de los imazighen que el 6 de abril declarara su independencia el MNLA -Movimiento Nacional por la Liberación de la Azawad-  victimas de la marginación y el desprecio de las autoridades de  Malí desde el mismo día de su perversa constitución de éste como Estado.
Los hijos de la Azawad, han abogado por el dialogo y la negociación que permita encontrar una solución duradera a una crisis que en esta zona geográfica dura 52 años. Pretenden acabar con décadas de sufrimiento y ciega represión por parte de los diferentes gobiernos del Estado de Malí, en su territorio, y hoy se ven obligados a refugiarse en Mauritania, Burkina Faso, Níger y Argelia, otrora en Libia y Marruecos, con la esperanza de paz que hoy se ve amenazada por las graves consecuencias que supondría una escalada militar por la intervención extranjera.
Las poblaciones en esta parte del Sahel están amenazadas por el hambre, la escasez de alimentos, medicamentos y enseres básicos, a las que la Comunidad Internacional y Organizaciones Humanitarias deben prestar mayor atención dada la situación de emergencia por la guerra entre el MNLA y el Estado maliense. Piden un dialogo serio  y de paz, que cesen las detenciones arbitrarias, los asesinatos de civiles por los militares de Malí, y otras formas de represión, por su origen o color de la piel,  contra la población indefensa de la Azawad. Y expresa su solidaridad con las familias y todos los rehenes extranjeros secuestrados por grupos indeseables, que tratan de empañar la noble lucha de la Azawad, y les exigen su inmediata liberación.
La Comunidad Internacional, debe colaborar para impedir la intervención militar que promueve la CEDEAO, pues sólo redundaría en el agravamiento, más que resolver la actual situación, impactando también negativamente en todo el África Subsahariana del Sahel y del espacio habitado por los toauregs. Cualquier intervención sólo debe ser de carácter humanitario, pues de lo contrario existe el riesgo cierto de que sus efectos provocaría el incremento y aparición de todo tipo de terrorismo o islamismo intransigente, como el de Ansar Edina, cuyos efectos ya se han visto en la ciudad de Tombuctú. Capital histórica, en la que destruyeron comercios y esculturas que constituían parte del patrimonio de la ciudad, siendo respondido por la indignación de más de dos centenares de jóvenes e imanes indefensos, con una marcha hacia el campamento militar que ocupan huestes del mencionado islamista y que respondieron con disparos.
Tanto los pobladores de la Azawad, como especialistas y analistas de la zona, también de los gobiernos de Mauritania, Argelia y personalidades de Francia y EE.UU., mantienen unánimemente que ninguna intervención militar es solución a corto ni a largo plazo. Por consiguiente, es necesario hacer un llamamiento a todas las partes a respetar la integridad de las personas, el derecho internacional humanitario y el derecho de los Pueblos Indígenas, para que permita establecer vías de libertad y democracia al Pueblo de la Azawad.

Tomás Quintana
Secretario General del FREPIC-AWAÑAK
tquintana@canariasestado.org